sábado, 1 de mayo de 2010

De repente...


Es el último momento en que pensé volver a escribir... Sin estructura ni borrador, para sacar algo que no se ni cómo llamar y quema. Soy un cazador cazado, el tigre que un día paró de correr en mitad de la selva y se enamoró de la luna....

Nunca hasta entonces me había dado cuenta del poder que tiene la casualidad y cómo la sorpresa, de repente, lo cambia todo, de repente, sin aviso y de repente, sucede... simplemente sucede.

Por más que quiero compararla no encuentro comparación. Quiero frenarme, pienso alejarme, pero no ya puedo... Ha ocurrido. Me consuelo creyendo que todo, hasta el fuego que viene y me atrapa se acabaría, pero es aquí y es ahora donde está pasando. Es aquí y es ahora donde no puedo quitar sus ojos verdes de mí...

Su boca diminuta y perfecta, sus facciones exquisitas, el temblor de sus manos cuando las rozo con las mías y la tentación de descubrir los secretos de su intimidad me ciega. Está prohibida, cubierta de puro carácter, su aroma desprende luz y calor para abrigar entre mis brazos y llevarla lejos... donde los sueños que le negaron son ahora la realidad y donde cambiar su ahogo por felicidad y su sonrisa eterna la luz del día.

De repente... todo cambia y ya no vuelve a ser como antes, de repente...