domingo, 27 de marzo de 2011

Eco en alta mar

Esto es como darle sopa de pollo a un amigo resfriado mientras te tapas la tos con un pañuelo, moqueas y estornudas...

El mundo, damas y caballeros, está enfermo. Prácticamente, todos lo estamos.

Algunos más que otros, puede... pero los pocos que conservan algo de coco pasan. Pasan o escriben gilipolleces que no lee casi nadie, porque a casi nadie le importa. Y es así, cada uno se anestesia como puede.

Algunos se colocan con su trabajo y huyen de su propia vida o queman las horas que les separan de la muerte haciendo del modo una meta o del cómo un por qué.

Los hay que sólo piensan en amontonar y amontonar, o en gastar y gastar. Lo hacen porque viven en el después. Igual hay que estar preparado para lo peor, o igual es mejor no tener nada para cuando llegue el momento y “disfrutarlo” ahora.
¡Ah, eso! Disfrutar es hacerse fotos con el cuello así como partido, operarse las tetas o hipertrofiar el hígado a base de ingestas masivas de proteína artificial y poner cara de besar fresas mientras contienes una sonrisa neurótica en mitad de la pantomima. También están los que viven escapando. No saben a donde, ni porqué ni cuando ni cómo, pero escapan. Es lo que saben, que tiene que irse de aquí lo antes posible. Que no se están nunca ni aquí ni allá, pero se mueven. Eso les hace creer que debe haber algo después, y a fin de cuentas, no se duermen. Debo reconocer que están mas despiertos que los anteriores. Ya se dieron cuenta de que todo es un cuento… Así que por lo menos, quieren ver más versiones de la misma historia.

La gente ya no habla. Bloguea. La gente ya no liga. Chatea.

Hay actividades extra para todo y da igual que se acumule la basura mientras que podamos sentarnos encima de la última bolsa. Las cartas no huelen a nada, porque mandamos emails y ni los hogares, ni los amigos, ni las parejas son para mucho tiempo… Somos conscientes del cambio, eso es innegable. Pero nos adaptamos soltando el timón sin saber donde nos lleva la barca. Encima, nadie quiere ser el capitán del barco, porque los grumetes te demandan si les alzas la voz, o Comandancia Marítima te pone remando en galeras a la mínima que se te ocurra despertar a la tripulación. Y así cuesta trabajo reconocerse, porque hasta navegar a la deriva tiene más mérito que perder el rumbo.

Entre tanto, he dejado de ver la tele. La tele…que cosa tan horrible. En su día, mal gasté unas cuantas horas buscando datos sobre los perjuicios que tiene la llamada tele basura sobre población, especialmente niños y adolescentes. Había muchos resultados que apuntaban la relación que todos sabemos y algunos siguen diciendo que no existe.
Pasaba lo mismo con McDonalds, hasta que un desgraciado se tiró un mes entero jalándose menú tras menú en sus restaurantes y por poco plancha la oreja… Suerte que reduciendo el tamaño de las hamburguesas y manteniendo el mismo precio, los ejecutivos obtuvieron beneficios como para hacer campañas publicitarias y sobornar a una pandilla de mierdosos corruptos que les endiñaron la “Q” de Calidad… La “Q” de… ¿Calidad?... Estos jodidos Flower Power… (Prometo un artículo sobre los flowerpower que ya me ha demandado más de uno).

En fin, que el honor, el sacrificio, el esfuerzo y esas palabrotas ya no tienen cabida. Ahora es mejor decir: “A mi no me juzgues, no sabes como soy. La vida es muy corta y está para disfrutarla”, “ Es buena gente, sólo pasa costo”. “Las drogas me dan asco… ¿mi hermano? Sólo fuma porros, pero eso es diferente”…o mi favorita ”Yo ya no me fío de nadie, porque me han hecho daño y no saben cómo soy… ¿de verdad? Me daba vergüenza contártelo, por miedo a que pensaras que soy una guarra”… En fin, estamos rodeados de ¡¡Super Estrellas!!

Todos tenemos un tesoro dentro y no se cómo es posible que hayamos llegado a donde estamos con tanto brillo alrededor...sniff...

Ya escribo lo que me da la gana y el asco es tan evidente, que no voy a molestarme en esconderlo. Sade lo hacía y era un puto genio, aunque le costó un buen tiempo en La Bastilla. Así que por no ser apropiado, tampoco voy a pedir perdón.

A fin de cuentas, el blog es para quien lo escribe, no para quien lo lee.

Uno de los antiguos me contó la historia de los dos coños. La primera vez que consigues sexo anal… ¡¡Es también la primera vez para ella!! ¡¡Es MAGIA!! La puta magia de ¡¡Super Estrella!! (Se me viene a la mente la media sonrisa de una de lectoras que perderá el tiempo removiendo con un palo éste vómito, y su cara compungida con una expresión extrañada, entre pena y comprensión, cambiándoles el nombre por “Super Stars” si la pillo en su momento más maniaco).

Total, que lo de quedar por Internet a las primeras de cambio, las mamadas sin requerimiento previo y por supuesto el sexo anal, sólo se explican a través de la magia de “Super Estrella”. Mi amigo, llamémosle Pepe, me contó a sus cincuenta largos que en su vida, había sodomizado a más de 20 tías… milagrosamente siempre era la primera vez para todas ellas, a pesar de que muchas ya habían cumplido los treinta. Con la última, ya divorciado por cuarta vez, no pudo contenerse. - Ten cuidado por favor, nunca lo he probado pero creo que duele mucho…

- No te preocupes preciosa, sé hacerlo con cuidado… A ver… Pero nena, ¡NENA! ¡NENA!
- OHHH! Sigue sigue, no pares….
- ¡Nenaaaaa! ¡Esto está empapado! ¡Esto está empapado! ¡Menudo AGUJERAZO! ¡¡¡ TÚ LO QUE TIENES AQUÍ SON DOS COÑOSSSSS!!!!!…..

A veces aún recuerdo esto y me río sólo sin saber porqué. Lo peor es que ya no os lo podréis quitar de la cabeza cuando lo hagáis… Jodeos vosotros también.

Total, que analizando la hazaña y buscando una explicación para esta y tantas otras mentiras, creo haber llegado a una verdad evidente. Casi axiomática. Uno de esos pilares ocultos que sustentas nuestra civilización de mentiras. Deplorable como tal, pero necesario como las fosas sépticas en un museo de arte moderno.

Y es que la magia es necesaria para conservar la ilusión. No es verdad, pero sin ilusión, el mundo no vale nada. Las mujeres lo saben, prácticamente todas. Debe venir escrito en su manual secreto, ese que nunca nos dejan leer y hace que una puta retorcida en sal pueda parecer La reina de Saba cuando menos te lo esperas.

Sin ilusión, se acaban los cuentos de hadas y quedamos abandonados a la desolación fría y desnuda de un mundo vacío y ordinario. En el fondo, esos seres maravillosos, se inventaron los unicornios, nadaron con delfines y nos dieron sopa de pollo cuando estábamos resfriados. Todo esto lo hicieron antes de que llegásemos dando palos a todo y destrozando aquello que se cruzase por nuestro camino. No dejemos que muera la magia.

Ayer mismo se lo expliqué a alguien. Tal como yo lo veo, la vida es una fiesta.
La única fiesta en la que estamos todos invitados. Y ya que he comenzado con tipos descriptivos, os cuento que diferencio tres tipos de observadores… (a veces se les olvida que ellos también están en la fiesta, pero están).

A) Sólo son capaces de ver lo bonito. Se emocionan cuando ven a las parejas conocerse y besarse, se imaginan como será todo cuando puedan ser ellos los que corten la tarta y no dejan de soñar con que al final, habrá alguien para darle sentido a todo mientras tocan ese mismo vals que lleva años tintineando en sus oídos…

B) La fiesta es una mierda. Una perfidia reinventada a caballo entre Sodoma y Gomorra, en la que todos se están drogando y sólo “van a lo que van”, porque “quieren lo que quieren” (no se que querrán ellos, pero bueno). Una sucesión de momentos insufribles en los que la sorna y la burla son el antídoto ante tanta podredumbre alrededor.

C) Simplemente, están en esa fiesta. En ese momento…

En fin… todos sabemos que el mundo es mucho menos deseable de lo que esperábamos, pero no seamos gente de clase B… El principio de amor propio y superación dice que la desgracia ajena, es sólo un reflejo de la miseria personal… Basta ya de echar balones fuera.

Perdón a todos y gracias si habéis llegado aquí.