lunes, 13 de febrero de 2012

Hank y Karen


Hank.

Simplemente percibe lo que otros no diferencian. Y eso no pasa inadvertido por la intuición de las féminas. Con todo, sólo ama de verdad a Karen. Es un milagro y una maldición al mismo tiempo.

Sabe que debe dejarla libre pero no puede desprenderse completamente de ella. Hay lazos invisibles que sólo se entienden desde el misterio. Más largos que una vida humana y enlazados PRSMPR. Aún así, sabe que el daño y la rabia de Karen nunca les dejaría librarse de la culpa ni del peso de esa carga, así pues se aleja para poder y dejarla respirar.

Hay tres verdades que evitan el hundimiento total de Hank, a la vez que le mantiene en el filo del abismo:

1) No siempre es bueno alcanzar tus sueños…sobre todo cuando los pierdes después.

2) A veces, debemos hacer cosas imperdonables para seguir viviendo.

3) Es mentira que el tiempo lo cura todo.

Con estos mandamientos, Hank no va ninguna parte… tampoco lo pretende. Es un niño que cogió su pelota, se fue a su casa y ya no quiere jugar con nadie. Simplemente, no tiene más objetivos que cumplir pues se disiparon las metas. Su engaño fue creer que no importa lo malo, lo desastroso o la mierda o los errores que cometas, porque acabarían volviendo. Pero el corazón humano es más parecido a la madera que al diamante…vivo y en continua transformación, lleno de cicatrices con el tiempo y de marcas que nos dicen quien somos. Puedes sacar los clavos, pero quedan los huecos.



Karen.

Todas las mujeres tienen algo que las hace bellas y únicas. Por eso mismo no se pueden comparar. De todas, Karen es la primera. Y la única verdadera para Hank.

Los ojos le brillan como a ninguna otra y su corazón puro, es el único Oasis donde encontrar la Paz. Ella tiene magia y espíritu. El último islote en un mundo inundado de gris y tristeza. La alegría y la luz en un cuento agridulce. Una mujer frágil y luchadora, tierna pero implacable. Un tesoro inalcanzable, más allá de un amor imposible.

Es la amiga, la amante y la madre. Supongo que de ese instinto, brota la devoción ciega que Hank siente por ella. Como mujer, ama y amará siempre a Hank. Le ama, pero se debe a su descendencia y también, a ella misma. Culpable o no, se comió el corazón de nuestro protagonista. Le robó su “siempre jamás” y le encendió el espíritu como nadie más podrá. Ella también tiene sus sueños propios y una risa que despierta a la primavera.

Su alma alegre es capaz de hacer volar a cualquier hombre y sólo uno de sus besos, enamora al mismo diablo. Dulce y picante, una fuente de energía y una hechicera que embruja para alcanzar las más lejanas estrellas…con o sin disfraz de gatita.