miércoles, 25 de febrero de 2009

ENFERMEDADES DEL MUNDO (MODERNO Y ANTIGUO)


2º Parte: Pan y Circo

Como decía antes, el verdadero nombre del Coliseo romano es el Anfiteatro Flavio.

Con motivo de celebrar su construcción, se festejaron más de 300 días seguidos en los que la alta cúpula romana (el análogo a los políticos de hoy día y calaña por el estilo) se dedicó a orgías y bacanales. Entonces ya existían entradas, carteles, publicidad, héroes populares y pan de regalo al comprar la entrada. ¡Lo del pan sí que tiene miga! porque sobre todo se regalaba en las épocas de desequilibrio y hambre, cuando contrariamente a lo que se pueda intuir, se TRIPLICABA la frecuencia a estos espectáculos…

Ahora nos la cuelan con las noticias, destapan escándalos en los momentos adecuados, y la manipulación es, si cabe, aún peor. Aborrecemos la violencia, pero la violencia es natural e instintiva, es humana. La violencia, - ¡Qué cosa tan horrible!- es destructiva y no conduce a nada. Pero al menos, es un acto objetivo contra el que se puede pelear, del que puedes defenderte porque es demostrable. Sin embargo, el artificio y la manipulación estudiada, es pérfida, pretendida y corrupta desde la raíz… La esencia más destilada de Alevosía y Ensañamiento elaborada por los procesos más refinados y exigente… ¿Hay alguna violencia peor que este tipo de diplomacia?

Así que el objetivo es seguir hacia adelante. Queremos avanzar y es tan grande nuestra dependencia de seguridad que dejamos de escucharnos. Todos tenemos una voz, pero a veces es muy difícil llegar a escucharla y es más fácil hacerse caso de los gritos externos. El camino más fácil siempre es más cómodo y nos sentimos más seguros porque hay más gente en él, aunque no sabemos hacia donde van ni sabemos hacia dónde vamos. ¡Al menos no estamos solos y si nos equivocamos nos equivocamos todos! (Mal de muchos…). En fin, la autodeterminación es la verdadera utopía.

Nosotros sólo somos humanos, venimos de monos y vamos en busca de lo divino. Tenemos intestinos, dientes, estómago y piernas, pero leemos al gran Osho, vamos a Spa y creemos que somos la hostia por controlar el pubococcigeo. Con todo, no dejamos de rascarnos y comer, así que al final vamos a la fácil y nos dejamos cegar por ideales vacuos que otros concibieron antes que nosotros…y otros muchos corrompieron después.

Llegamos al Progreso. ¡Qué palabra tan bonita! Progreso, Progreso, PROGRESO. La RAE define el progreso como: “La acción de ir hacia adelante. Avance, adelanto, perfeccionamiento”. Algunos sociólogos de prestigio o sus traductores (de los que tienen más de 1.000 entradas en Google y no dicen palabrotas en público pero que me niego a citar), recubren esta palabra estupenda con más florituras y añaden análisis comparativos: “No deben confundirse cambio social y progreso. El PROGRESO implica un juicio de valor que se aplica sólo cuando el cambio de orienta en una dirección deseable”. Por supuesto, hay mucho más material sobre cambio social que sobre PROGRESO…aquí nos perdemos en valorar lo que es deseable y lo que no lo es y en ese terreno tan espinoso, ya nos quedamos solos. Así que buscamos el PROGRESO (Coño, me gusta tanto la palabra que he empezado a escribirla en mayúscula sin darme cuenta, así que seguiré haciéndolo).

Queremos Progresar y Progresamos. Progresamos, pero no sabemos hacia donde ni para qué y se nos llena la boca con palabras grandes que no acabamos de comprender muy bien. Pero progresamos, eso sí y somos correctos y educados. No queremos ofender a nadie, sólo progresar y seguir progresando. Nos emborrachamos de nosotros mismos y no definimos unos objetivos concretos, no sea que no podamos cumplirlos, porque es importante tener a la gente contenta. Hablo de intenciones y de valores pero NO queremos que se enfaden, porque si la gente se enfada ¡Es capaz de hacer cambiar las cosas! y los conflictos desde luego, deben ser pacíficos y constructivos… Somos críticos, pero eso sí, sin lastimar ni ofender. ¿Quién necesita la verdad? Yo vivo bien, jódete tú. Pero no me molestes.

Seguiré siendo simpático y teniendo mi talante, a fin de cuentas, estoy tan lejos de ti que no se por qué te quejas… ¿Por qué voy a querer cambiar las cosas? Esto es sólo un problema de perspectiva… es pura y llana perspectiva:

  • Si te quejas por algo, ¡Eres un pesimista! Esa actitud no te ayudará a cambiar las cosas. En el fondo, más que con ayuda social podríamos resolverlo con una guitarra y unos porritos… Total, ya que te gastas pasta en que el Estado te gestione una ayuda que no recibes (Esto juro que es real y me sigo planteando hacer una plataforma para poder abrir un contencioso contra la Junta), ¿no es mejor un poco de guitarreo para echar unas risas? ¡¡¡VIVA EL FLOWER POWER!!!!
  • Además, ¡Así sólo asustas a la gente, buen hombre! No queremos que se echen a la calle, estamos muy preocupados en las encuestas y en la buena opinión que se tenga de nosotros (tanto, que tenemos un ejército de asesores, algunos sin graduado ni nada) y ¡ESCUELA DE LIDERES! (En su día editaré un post sólo de esto). ¡Un nido de sofistas y oradores más que de buenos gestores!
  • Estamos mal aquí, PERO es por culpa de los bancos y de los países de fuera. En todos sitios hay paro y hacemos lo que podemos. De verdad que no es nuestra culpa, pero LOS MALOS se encargan de decir que sí… Ellos el lado oscuro, nos echa la culpa, porque realmente quieren gobernar y no se preocupan por ti como nosotros. (Odio las estadísticas porque a veces se distancian mucho de la realidad, pero baste decir que en Alemania son un 7% de parados y aquí vamos a superar el 20%). SELF-YOURSELF.

Aquí se merece un apunte la intervención que vi el otro día del señor ex Presidente del Gobierno Felipe González Márquez. Es cierto que ha sido, sin lugar a dudas uno de los mejores líderes políticos en la historia del país. Su carisma, su personalidad magnética y su oratoria son dignas de remarcar. También es cierto que no se tienen datos de ningún otro líder bajo cuyo mandato se hayan llevado a cabo tantas reformas políticas contrarias al beneficio del trabajador. Este socialista liberal rechazó, entre otras cosas, su adhesión al Consejo de Gobierno, máximo órgano auditor del Poder Ejecutivo, por tener que declarar para ello su patrimonio y negarse a hacerlo… (Prometo un Post sobre esto y otros “logros” del CORRUPSOE).

  • La demagogia ¡Esa gran herramienta! ¡SI no estás conmigo o me criticas, estás con los malos! QUE DUDA CABE. Somos la misma mierda y ¡lo peor es que lo sabemos! Pero ellos son peores. En vez de mejorar, te demostramos que ellos son peores. ¿No te das cuenta? Son peores, con nosotros todos tienen cabida, ellos son peores y hay que ser realista. Ellos son peores…porque lo son, son peores. (PERO NOSOTROS NO PODEMOS EXPLICARTE PORQUÉ SOMOS MEJORES). Lo cojonudo es que nos hemos vuelto todos imbéciles. Hay quien me acusa de ser del pepé tras leer esto y se le escapa todo el sustento entre líneas. Es una verdadera pandemia de imbecilidad profunda que nos limita y no nos deja reaccionar ni salir del ciclo bipartidista en el que nos consumimos.
  • Ganar elecciones, ¡Nuestro punto fuerte! Cualquier cosa vale con tal de GANAR. Quiero seguir ahí y ganar, ganar, ganar aunque no se explicarte porqué ni hacia donde, ¡Sólo que quiero ganar! Bien sea a través de los medios en plena jornada de reflexión, los cuales controlo en su inmensa mayoría, manipulando y persiguiendo a aquellos que no están de acuerdo conmigo, vendiendo la integridad del País a los nacionalistas y concediendo favores políticos cuyas consecuencias ponen en entredicho la solidaridad entre comunidades.
  • ¡POLITICA CORTIJERA! ¡Ahí somos fuertes! Durante mucho tiempo, hemos afianzado el voto de la ignorancia -del pan y circo- con ayudas que ni siquiera provenían del país, sino de Europa. Eso la gente no lo sabe, se dedica a cobrar el PER y cambiar los cultivos como el que cambia de peinado-según tendencia, oiga-. Es cojonudo escuchar a los hijos de los cortijeros que llegan a la universidad y condenan el hambre cuando sus padres sacrifican alimentos para cobrar subvenciones… (Parodias sociatas, otro post que prometo). ¡La culpa no es nuestra! Pero en vez de dar cañas, otros –y ni siquiera nosotros- regalamos peces.
En fin….sirva esto como carátula del menú en el que PROGRESIVAMENTE se seguirán ofreciendo otros platos y desarrollando los post ya prometido… que son deuda.

ENFERMEDADES DEL MUNDO (MODERNO Y ANTIGUO)

1º Parte: De las cavernas a Roma


La parafernalia de “equivocarse es bonito” está harto quemada, porque en el fondo queremos tener razón. Estamos diseñados para eso y cuando no la tenemos nos sentimos mal. No es una cosa nueva, Festinger tiró unas cuantas líneas sobre el asunto y le puso nombre y apellidos a algo que ya se sabía desde siempre, la disonancia cognitiva. De algún modo, nos vino a decir que si actúo de una manera y pienso de otra, al final cambio mi forma de pensar o cambio mi forma de actuar para ser congruente y dejar de sentirme mal conmigo mismo.

La marca de agua sobre los folios en que está escrita toda la psicología social es la misma, el sentido común. Se basa en operativizar variables que todos hemos experimentado alguna vez y obtener los resultados que responden a lo que ya se esperaba que ocurriese, utilizando la empatía más sincera y echándole un poco de imaginación.

Probablemente, el hombre de las cavernas también se sentía mal cuando perdía una presa por anticiparse en el lanzamiento de su jabalina rudimentaria. No pensaba en que la próxima vez sería más cauto y templaría para dar en el blanco, sino en que no sabía cuando iba a poder comer…y quizás los otros le harían pagar su error comiéndoselo. Por suerte hemos evolucionado. Si bien, hay un punto de equilibrio en el que es difícil mantenerse. No es justo matar a alguien por un error de cálculo (como tampoco lo es para el resto dejarle seguir siendo la punta de la flecha - ojo no vaya a deprimirse- mientras se pasa hambre).

Lo cierto y verdad es que en la teoría es fácil ser benévolo y utópico, comprometido y solidario, comprensivo y diplomático…sobre todo cuando son otros los que pasan hambre. En la práctica cuesta más trabajo y por eso siento un profundo respeto y admiración por aquellos que lo hacen. Tanto como desprecio por los que vociferan su solidaridad y tolerancia y realmente no hacen nada por los demás. Una verdadera piara de arribistas, trepas y manipuladores a los que ya retrataré llegado el momento preciso. Inútiles e incapaces, a fin de cuentas, empujados a arrastrarse en campos obtusos y farragosos como la política.

Todo cambio pasa necesariamente por una acción para materializarse. Y una acción, no siempre puede disiparse en dulzuras y divergencias que no quieren contrariar a nadie, sino que a veces prima la eficacia. Esto disgusta a muchos, sobre todo a los más inútiles, pero es necesario cuando de verdad queremos ayudar. De ello depende, por ejemplo, que otros cavernícolas (y sus mujeres y sus familias y las familias de sus familias…) coman o no.


Sin lugar a dudas, hemos evolucionado mucho porque nos sentimos orgullosos de no ser cavernícolas. Queremos parecernos lo menos posible a ellos, que vergüenza parecerse a un cavernícola por Dios santo… Y sin embargo, no hemos dejado de hacer cosas horribles que ellos hacían todo el día: comer, comer, comer, rascarse, tirarse pedos e ir de vacaciones, ¡QUE HORROR! ¿Por qué nadie se queja de eso?

Seguimos evolucionado, en lugar de hacer justica por vías de Hecho, hemos dado el poder a esa cosa llamada Estado (que a algunos parece que les da alergia escribir) para que la administre en nuestro nombre por vías de Derecho. El Estado acaba siendo una palabra fea. Es fea, porque debe serlo y no es “guay” hablar del Estado. El Estado nos pone multas, nos hace pagar impuestos, nos coacciona y nos jode con sus importunos retrasos (sangrantes en la mayoría de los casos, como en las ayudas o becas o la celebración de juicios), pero tenemos eso o la ley de las cavernas… Incluso negar el Estado es asumir que existe. Por cierto, ¿Os habéis percatado alguna vez lo poco que se usa la palabra “Estado” en los medios de comunicación? ¿Ocurre lo mismo con el término “autonomía”? Por mera curiosidad, en Google aparecen aproximadamente 949.000 entradas si buscas “NOTICIAS AUTONOMÍA” frente a las 272.000 al hacer lo propio con “NOTICIAS ESTADO”… Esto da una idea aproximada sobre lo anterior, por cada vez que aparece una noticia de estado publicada, aparecen 3,5 noticas de autonomía… Quizás así se pueda calcular la fórmula aproximada de la velocidad a la que nos disgregamos.

Somos democráticos, somos tolerantes, usamos el talante en vez de la discusión (y ni que decir tiene de esa cosa abominable llamada imposición), discriminamos positivamente si hace falta aunque conlleve una agravio comparativo que contradice el espíritu mismo de la ley y los principios fundamentales en los que debería basarse, si con tal de ello somos –o parecemos más bien- más correctos y podemos seguir con el circo.

Una cosa importante que aprendí en uno de mis viajes es que el mundo es el mundo y lleva mucho más tiempo que nosotros funcionando. El circo, por ejemplo, ya existía antes, hace más de 3.000 años en Mesopotamia (seguramente tenga aún más y lo inventaran los chinos antes, pero los friki-historiadores de wikipedia son americanos). El caso, es que empezó siendo una herramienta para animar la festividad y preparar a los guerreros, pero no tardo en convertirse en un espectáculo político. El Anfiteatro Flavio es el ejemplo más simbólico y conocido por todos… El Coliseo de Roma.

Bienvenida, justificación y advertencia


Empecé a escribir por nauseas. Puede que el hecho de tener una involuntaria cantidad de tiempo libre que nunca había tenido o escuchar las tristezas cotidianas de unos y otros haya ayudado un poco, pero nos centraremos en lo primero. Las nauseas son una sensación física, son algo real y somático que nos retuerce la tripa y nos invita a expulsar lo indigesto. Hay muchas razones para las que algo no nos sienta bien: puede que su composición misma sea contraria a lo natural y a aquello que realmente necesitamos para vivir y por eso el organismo se proteja O puede que un patógeno nos hace imposible su asimilación O puede que en su día, aquello que era apetitoso sea ahora caducado y corrupto… No lo sé, hay muchas razones.

El caso es que al principio, cuando las traidoras nauseas nos asaltan de improviso, intentamos engañarnos y pensar que son sólo algo pasajero. Un fallo cualquiera sin importancia que nos pone en alerta, que pasará sin dejar rastro, sin más importancia. Pero no es así, no lo es en absoluto. Sin saber muy bien porqué, apretamos las mandíbulas y encogemos el diafragma. Es curioso, pero es casi igual que cuando surge cualquier otro arrebato. La Rabia, el Placer, el Dolor, el Jubilo también se expresan de esta forma cuando viene de lo súbito. Simplemente estallan y nuestro cuerpo nos dice que están ahí conteniéndolas. Apretar la mandíbula y concentrar el diafragma es eso mismo, una contracción. Las mismas contracciones que nos anticipan cuando se acerca el momento de nacer. El momento en que algo se acerca, algo llega y queremos contenerlo estúpidamente con el cuerpo en un desafortunado intento por no dejarlo salir. A fin de cuentas, es como si nuestra propia voluntad se enfrentara contra algo que posee voluntad propia, pero viene de nosotros mismos, aunque no lo reconozcamos.

Este blog no es uno, somos muchos. Muchas personas reales, igual que tú y que yo, igual que nosotros, que sienten, sufren, se apasionan, se obstinan y se frustran ante un mundo en el que a veces debemos levantar la voz y hacer saber lo que pasa. En un mundo, que a veces es gris, y donde hemos decidido movernos –unos más que otros- por buscar la verdad. Al menos, si no llegamos, nos entretendremos contrastando nuestros personalísimos puntos de vista para no conformarnos con tantas mentiras.

Así pues, querido lector, te doy la bienvenida a la cruda realidad, despojada de cualquier intento desviado de esa enfermiza moda llamada corrección social. Espero que te revuelvas tanto leyendo como lo hacemos nosotros escribiendo...