miércoles, 4 de marzo de 2009

Las personas se desintegran tras su precioso prosopo


Pasamos, ante un mundo que se deshace lentamente, y no hacemos nada, solo miramos, como si no tuviéramos relieve, ni voz, parece que nos hemos quedado planos de conciencia, como cuando el corazón deja de latir y aparece una línea plana. Nos limitamos a ver como nuestra vida pasea ante nuestras narices, y no hacemos nada por cambiar aquello que no nos gusta, parece que no se mueve nada dentro, es realmente triste, hemos dejado de creer en algo porque no hay nada en lo que creer, solo algunos siguen luchando por recuperar parte de aquello que un día nos hizo abrir los ojos y echarnos a la calle, alzar la voz, sacar nuestro lado no tan socialmente correcto.


Indefensión, ¿aprendida?, mas que aprendida es cómoda, es más fácil dejarse llevar por la marea que coger fuertemente el timón y cambiar el rumbo, aunque esto suponga ir contracorriente y en algunos casos la ruptura del timón.


Y el mundo a nuestro alrededor arde, grita, llora y sin embargo… no hacemos nada, solo… pasamos. Ya no se trata de formación, de estudios, de posición… se trata de la pérdida de conciencia, de la pérdida del sentido de lo justo, del sentido común e incluso de la Vida, y la verdad sobre las cosas que tanto escuece a veces, y eso, no se aprende en las universidades, forma parte de ese lado que quiero creer duerme.


Sumidos en una falsa paz, las personas se desintegran tras su precioso prosopo, se olvida del sentido de las cosas, se deja llevar y se pierde… algunos se engañan e incluso quieren creer que el paso del tiempo cambiará las cosas.


Jodida y hermosa al final de una barra podemos encontrar a la vida que inunda sus años en alcohol, hastiada de ver como sus hijos, nosotros, nos morimos sin luchar por lo más preciado, vivir.


Nos hemos habituado a escuchar noticias sobre violaciones, asesinatos, malos tratos… da igual, nos resbala lo que ocurre a unos kilómetros de nosotros, a apenas unos metros, porque no tiene nada que ver con nuestros intereses, ajenos a toda la basura que está en la puerta de nuestra casa y empieza a colarse dentro.



PEUMAYÉN


1 comentario:

  1. Estoy totalmente de acuerdo contigo, nos hemos acostumbrado a ver tanta maldad y tanta miseria que ya es como si no nos pasase factura, somos tan cómodos, que mientras seamos nosotros los que nos salvemos de esas situaciones, para que luchar por los otros??..
    La conciencia, donde la tendremos aparcada, si realmente la tenemos...
    Ojalá que todos abrieramos los ojos, pero los ojos del corazón y nos enfrentásemos realmente a lo que está pasando fuera y entre todos pudieramos hacer más por los demás y por lo que vemos mal en el mundo, en vez de utilizar la hipocresía y el odio como armas para atacar a los demás...
    Hoy tus palabras expresan una dura y real realidad, que ojalá cambiásemos..
    Besos muy cálidos

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